Las
injusticias sociales siempre me han conmovido. No me gusta permanecer inerte
frente a la desigualdad y a las faltas de oportunidades. Y aunque siempre han
existido polémicas sobre este tema, mi último descubrimiento me tenía
indignado, me dejo perplejo y de inmediato tome cartas en el asunto.
Después
de reunir pruebas, datos, estadísticas, fotografías y demás material para mi
queja, convoque una reunión extraordinaria con el presidente de la Republica,
muy a primera hora.
El
presidente me recibió, después de haber cancelado un viaje a Londres, y me
pregunto la razón de la tan alarmante reunión que convoque:
-Vera usted, señor presidente (le dije). Yo
entiendo la crisis del desempleo, entiendo los problemas de salud y pensiones,
y entiendo también los problemas de educación básica y superior en nuestro país:
pero lo que me parece infame e inaudito, es lo que están haciendo con la
higiene.
A lo
que el Presidente me contesto:
-¿Con la higiene? No le entiendo… ¿Qué pasa
con la higiene?
Le
conteste:
-Ay señor presidente, no me diga que no sabe:
Lo que quiero es que le bajen el costo por que esta inalcanzable para las
clases menos favorecidas.
El
presidente me dijo:
-Espéreme unos minutos, convocare una reunión
más grande, para que usted nos plantee mejor esta penosa situación.
A
los pocos minutos, llego el ministro de salud, el ministro de hacienda, el de protección social, el
de educación, el gerente del Invima, el alcalde, el presidente del congreso,
dos concejales, un periodista y Piedad Córdoba (La verdad no se pa`que, pero Piedad esta en todo lado).
El
presidente me dijo:
-Ahora si por favor, expónganos esta situación, porque
la verdad aun no le he comprendido bien
Y comencé
a exponer mi proyecto:
-Señor presidente, señores ministros,
hermanos en Cristo, Compatriotas: He visto con indignación y rechazo, que los
costos de la higiene en nuestro país, son elevadísimos. Las clases menos
favorecidas, no pueden disfrutar de una sana y bella higiene, como lo hacen los
Colombianos de estratos más altos.
Yo propongo rebajar un poco los costos de la
higiene, o aunque sea subsidiarlos de algún modo, ya que no es democrático, que
el sector más vulnerable de la población, el ciudadano de a pie, el trabajador
el proletario, no pueda hacer un uso digno de la higiene, como lo hacen los
ricos.
El
ministro de salud levanto la mano y me dijo:
-Yo le comprendo su noble deseo, pero debe
haber un error. Durante mi gestión, la higiene no ha sido cobrada en ningún
estrato.
El
ministro de hacienda replico;
-Es verdad, mire, acabo de hablar con mi
equipo colaborador, y al parecer no hemos grabado con IVA el uso de la higiene.
El
alcalde levanto la mano y dijo:
-A mí se me hace muy extraño… hasta ahora no
he recibido ninguna queja sobre el particular
El
gerente del Invima contesto:
-Nosotros no hemos recibido notificación
sobre el particular. Necesitamos un informe detallado sobre este problema.
El
periodista dijo:
-Debe haber un problema de divulgación. Si en
algún momento, se alzaron las tarifas del uso de la higiene, quizás el
departamento de prensa del estado no lo comunico, y nosotros no pudimos
avisarle a la comunidad.
Piedad
Córdoba manifestó en voz alta y enojada:
-Que más se podía esperar de un gobierno
oligarca…
A lo
que el presidente respondió:
-Bueno… ¿Cuál es la pendejada? Que yo sepa,
la higiene jamás se a cobrado. En ninguna sociedad ni en ninguna democracia eso
a ocurrido. ¿Por qué dice eso?
Volví
a intervenir para explicar el punto:
-Yo sé que suena un poco extraño. Pero basta
con salir a la calle, para darse cuenta de esta injusticia social. Los únicos
que gozan de higiene y limpieza, son los ricos… los que viven en barrios ricos,
donde hay Hard Rock Café. En cambio los pobres, de los barrios pobres, donde no
hay Hard Rock Café sino Surtiaves de la 22, no gozan de higiene ni limpieza.
El
presidente:
-Sigo sin entender ¿Eso no significa que
estemos cobrando por la higiene?
Le respondí:
-Por supuesto que sí presidente: si la
higiene no se estuviera cobrando, porque los pobres son los únicos que se
hurgan la nariz y hacen “pipi” en los postes de la luz.
Jamás he visto a mis amigos del club, los
Urrutia Pombo, escupir en el anden o sonarse en publico. En cambio Milton
Herney, el señor que se la pasa jartando pola todos los días, tiene que
hurgarse los oídos en público, limpiarse la boca con la manga del saco, y
estornudar sin taparse, porque su pequeño sueldo no le alcanza para la higiene.
El
periodista me pregunto:
-¿Tiene algún otro tipo de pruebas de lo que
nos cuenta? No se… ¿quizás fotos o video?
Le
conteste:
-Por supuesto amigo periodista; Acá en estas
fotos, ustedes podrán apreciar que en las panaderías de barrios pobres, las
moscas pueden llegar al pan fácilmente. La gente de la panadería no puede hacer
nada, porque las ganancias del negocio, no son lo suficientes para abastecer de
higiene el local. En el norte no solo no hay moscas… tampoco hay panaderías…
pero las pocas que hay, gozan de pisos limpios, paredes limpias, y todo porque
cuentan con los recursos económicos para abastecerse de higiene.
El
Periodista me dice:
-Fascinante… sencillamente fascinante. Esto
ira en la emisión de la noche, y en un programa amarillista de la noche de los
domingos. ¡Muéstrenos más por favor!
Seguí
reuniendo material y dije:
-Observen en este video, como los andenes de
estos barrios de estrato 6, no tienen caca de perro en ninguna parte… es
sencillamente asombroso. En cambio observe el barrio donde vive doña Aracely la que me vende el
chance… ¿Si ven? Casi ni se puede caminar, de tanto esquivar las gracias de
Motas, Lulu, Luna, toby y Danger (cabe anotar que por cada nombre, hay 752.320
perros).
Observen en esta imagen, que los platos de
este lujoso restaurante, no están desportillados, como si lo están los de este
almorzadero corriente. Si se fijan bien en este zoom que hago al video, podrán
ver que los cubiertos del restaurante fino “Si están lavados”. En cambio el
almorzadero ejecutivo (Corrientazo), no se puede dar el lujo de lavar bien los
cubiertos, porque no les alcanza para la higiene.
Acá en esta imagen que tome con el celular,
podrán ver a don Arcesio Chipaque, estornudando al aire y al lado derecho como
buen Colombiano. Si ese pobre hombre pudiera tener un sueldo mejor, una
entradita más digna o mejores oportunidades, podría abastecerse de la
suficiente higiene como para taparse la Jetica al estornudar.
El
ministro de educación me pregunto:
-¿Y cómo está afectando esto a los niños de
nuestro país?
Le respondí:
-Los afecta demasiado; si se fijan bien en
esta escena del video, verán como los niños pobres, deben jugar en el suelo,
arrastrándose entre charcos, barro y papelitos de Bon Ice, mientras que los
niños de estratos más altos, “Tocan el suelo con las suelas de los zapatos…” ¡Y
eso!
El
alcalde dijo:
-Increíble la diferencia que hay entre estos
dos tipos de barrios…
Le
conteste:
-No solo eso señor alcalde; fíjese como en los barrios pobres, vemos los suelos repletos de botellitas de Jugo HIT, paquetes de Chocoramo, Palitos de paleta, talegos de cuanta vaina, y sobrecitos de cuanta vaina.
-No solo eso señor alcalde; fíjese como en los barrios pobres, vemos los suelos repletos de botellitas de Jugo HIT, paquetes de Chocoramo, Palitos de paleta, talegos de cuanta vaina, y sobrecitos de cuanta vaina.
En cambio me fui a grabar en barrios de
estrato 6 con mi cámara, esperando ver los andenes repletos de botellas de Don
Perignon, sobres de chocolates importados, las tenazas de alguna Langosta, los
pellejitos de algún Langostino o la lata de alguna gaseosa importada.
No encontré nada… las calles estaban
limpiecitas, divinas, pulcras e inmaculadas, debido a que los habitantes de
este sector, gozan de generosos ingresos, que les permiten acceder a la higiene
de una manera cómoda.
El
presidente comenzó inmediatamente a revisar la constitución con dos abogados de
gobierno, después el código penal, leyes y estatutos del congreso, el
catecismo, la urbanidad de Carreño, dos libros de García Márquez, el archivo
del Banco de la Republica y muchísimos textos más.
Al
terminar me llamo el presidente y me dijo:
-Una vez terminamos de revisar todos los
estatutos y leyes de la nación, nos complace informarle que no existe una ley
en todo el país, que haga que los usuarios de la limpieza deban tributar a
cambio de hacerla efectiva. Esa ley no existe, y nos encargaremos, gracias a
usted y a la Academia de la Jeta, que no exista jamás.
Le rogamos el favor, que a través de La Real
Academia de la Jeta, usted divulgue esta maravillosa noticia para TODO el
pueblo Colombiano.
Sea usted pues, el que le informe al pueblo
Colombiano, que a partir de hoy, todo hombre, mujer y niño de esta nación, todo
compatriota que naciere bajo este cielo, de ahora en adelante, podrá hacer uso
efectivo de la limpieza y de la higiene, en cualquier momento y en cualquier
lugar, sin distingo de raza, credo o posición social.
Que Dios y la patria lo premien. Y de no
divulgarse, que Dios y lo patria ¡LO DEMANDEN!
***
Compatriotas,
no perdamos este momento de efervescencia y calor; somos libres, no pierdas el
impulso que sientes en este momento de ser aseado; Hemos recuperado nuestro
sagrado derecho a ser limpios y decentes.
Comparte
este articulo con tus amigos cercanos (sobre
todo los más puercos), y contémosles que la época dura del desaseo y la cochinada,
han finalizado.
Aséense,
y sean felices.