domingo, 22 de septiembre de 2013

Argentina Arriba, Colombia Abajo (Reload)

En la década de los ochenta, muy de moda por estos días, Colombia sufría de dos enfermedades mentales comprensibles; la primera enfermedad se conocía como “Nosotrosnopodemos aguda”. Durante muchos años Colombia adolecía de iconos reconocidos en diferentes áreas. Colombia no tenía artistas en los últimos años, no tenía deportistas destacados, y los logros obtenidos a nivel internacional, se podían contar con los dedos de una lora.

Pasada la época de Lucho Bermúdez, Garzón y Collazos, Carlos Julio Ramírez, Oriol Rangel, Martin Emilio “cochise” Rodríguez entre otros, nos habíamos quedado huérfanos de rutilantes estrellas a nivel internacional, y el panorama se veía desolado en el presente y a futuro.

La segunda enfermedad tenía que ver con el futbol Colombiano, pero para ese entonces, era comprensible y obvio. No siendo potencia en futbol, sufriendo derrotas constantes y siendo Argentina campeón del mundo y dueño de grandes y rutilantes figuras del balompié, nació el viejo trauma de “necesitamos un Argentino” que padeció el país entero.

Entonces Colombia entro en un concepto bastante sólido y plenamente definido; el equipo que más Argentinos tenga, será el mejor. Obviamente uruguayos y paraguayos entraban en esa colada. Los uruguayos y los paraguayos eran argentinos, así como los irlandeses, los escoceses, Los Holandeses y los checos son gringos para nosotros.

Y aunque también muchos equipos trajeron figuras brasileras, siempre fue una constante creer que la cuota tanguera era la que más éxito tendría. Fue así como millonarios se destacó por traer siempre argentinos de renombre, desde Alfredo Di`Stefano, hasta Sergio Javier Goycochea quien fuera arquero de la selección argentina durante el 5 a 0.

Pero no solo millonarios era reconocido por tener un plantel que en vez de agüepanela echaban mate todo el tiempo. En el año 1989 donde esta historia cambiaria drásticamente, todo equipo tenía su dosis austral en su nómina… y si no austral, por lo menos extranjera. Prácticamente es que hasta pecado seria no tener porteño malevo caminando canyengue por la cancha, formando quilombo y cobrando mucha guita.

Así eran las nóminas para ese entonces. Pongan cuidao y no se distraigan:

América:
En el arco nada más ni nada menos que el gato Julio Cesar Falcioni, en el medio campo y arriba Jorge Orozman “el Polilla” da Silva (Montevideo Uruguay) Ricardo Gareca de tapiales argentina y también porteño Jorge Raúl Balbis. Un año atrás dejaron ir a Sergio “el Bocha” Santin, que posteriormente llegaría al Caldas.

Cali:
Una de las figuras más desequilibrantes de la selección paraguaya Jorge Amado Nunez, y el técnico experimentado Vladimir Popovich (Yugoslavia) hacían parte del cuadro azucarero.

Cristal Caldas:
A  pesar de ser uno de los chicos de la época, el once igual cumplía la norma con el porteño Héctor José Romero, con Eduardo Irineo Cristaldo (Lomas Zamora) con Cristóbal Cubilla del Paraguay. Rene Baigorria también bonaerense y Carlos Miguel Dizz el técnico también de corrientes 348.

Cúcuta:
Y en Cúcuta no eran ningunos toches… ellos también tenían su uruguayo planillado. Néstor Enriomar Saavedra ponía el sabor murguero en el cuadro motilón.

Junior:
Y el cuadro tiburón no tenía un tiburón bajo el arco, sino más bien tenía un churrasco. Lorenzo Carrabs, le hacía compañía a su paisano Miguel Ángel “el Zurdo” López de Priscino argentina.

Medellín:
El poderoso alimento con buenos frijoles con pezuña al porteño Juan Carlos Díaz, al paraguayo Jorge Daniel Jara, y al también hijo de buenos aires Oscar Roberto Zarate.

Millonarios:
El polémico Millonarios de los 80s tenía dentro de sus rutilantes figuras argentas al arquero Sergio Javier Goycochea (Portero Porteño), al pájaro Oscar Eduardo Juárez de Jujuy, y al camorrero Mario Vanemerak, a quien no se le mejoro el genio al volverse técnico. ¡Sigue igual!

Pereira:
El equipo del triángulo cafetero parecía más bien un equipo extranjero, con unos cuantos Colombianos: Juan José Aranda de Paraguay, Héctor Gerardo Méndez de Uruguay,  el Ex América de Cali Juan Manuel Battaglia de origen guaraní, el técnico Gerardo Gonzales Aquino (también amigo del pájaro chogui) y Jorge Antonio de Souza, que por su apellido podemos notar claramente que no es Boyacense.

Quindío:
Los milagrosos eran famosos por su arquero bonaerense Carlos Enrique Prono, por el rosarino Darío Campagna y por Darío Erramuspe de colon.

Santa Fe:
Los cardenales no tenían muchos, pero si cumplían con la cuota, con Héctor Ramón Sossa de misiones Argentina.

Sporting:
El entonces rival de patio del junior solo tuvo un valiente uruguayo que se le midió a cambiar el frio rioplatense  por el calor de la arenosa. El Técnico Oscar Alfonso de Montevideo.

Tolima:
El Tolima que fuera otro de los equipos chicos de ese momento, no contó con la posibilidad de comprar extranjeros. Sin embargo contrataron a Lorenzo Nazarith, porque era de Buenos Aires…  pero Buenos Aires Cauca.

Unión magdalena:
Un famoso arquero custodiaba el arco bananero. Carlos Leonel Trucco tapaba junto a su paisano Jorge Ernesto Ramoa y junto al paraguayo Felipe Nery Franco, que era un volante – delantero que se parecía mucho a papa Noel pero en versión pelinegra.

***

Estas cifras de extranjeros en nominas nacionales, cada vez crecían más, ya que la frustración de llegar una y otra vez a la copa libertadores y no alcanzar resultados, daba a entender que se necesitaban más argentinos y uruguayos.

Pero ustedes se preguntaran ¿Por qué argentinos y uruguayos exactamente? Porque durante 30 años de copa libertadores, entre 1960 y 1989 solamente siete títulos fueron de otros países que no fueran argentina y Uruguay. De esos siete, cinco fueron para Brasil y uno para Paraguay. Con esas cifras, era obvio que la potencia del paseo eran los vecinos del Rio de la Plata.

Además de las exitosas cifras de argentos y charrúas, lo que nos hacía pensar que definitivamente no podíamos hacer un carajo solos, era las continuas llegadas de nuestros equipos a últimas instancias de este torneo, sin lograr obtenerlo.

En 1978 el deportivo Cali con figuras nacionales muy importantes como el arquero Pedro Antonio Zape, fue subcampeón de la libertadores, y un año antes había llegado a semifinales. Pero las semifinales sería el único lugar donde los equipos Colombianos llegarían de ahí en adelante:

Semifinales:

1980 América

1981 Cali

1982 Tolima

1983 América

Pero esto no es nada comparado con lo que viene. Dos años después, comenzaría una de las novelas más memorables y más dramáticas de todos los tiempos. Ni Televisa ni Venevision hicieron una novela tan dramática y tan de ataque de nervios, como la novela del América de Cali y sus finales de libertadores.

Durante tres años seguidos, 85, 86 y 87, el conjunto caleño llego a la final de la libertadores, pero el titulo les fue esquivo. Argentinos Juniors, River Plate y Peñarol, le arrebataron al país la ilusión de ganar por primera vez el preciado título continental. Un año después, América llega a semifinales con San Lorenzo, y ahí queda.

Viviendo esta situación convocar la selección Colombia era un reto muy fuerte, ya que los equipos prestaban más atención a sus extranjeros, que a sus locales. Entonces, acostumbrados a que las figuras siempre fueran los internacionales, no podíamos tener una nómina de figuras, sino de los amigos de las figuras de los clubes criollos.

De repente un chocoano que era técnico del Caldas, decide conformar un equipo con solo jugadores Colombianos, y cambiar la historia definitivamente. Este técnico es transferido al Nacional de Medellín, quien se encuentra conforme con la decisión de no comprar jugadores costosos del extranjero, y apoya la renovación del concepto.

Es así como decide formar un equipo con jugadores de su equipo anterior (Caldas), jugadores del atlético Nacional, y jugadores de equipos como el Cúcuta, donde se encontraba un vallecaucano con dotes de goleador, de apellido Usurriaga.

Lo primero sería inventar de la nada, una nueva receta para afrontar los torneos. Atrás quedarían las típicas frases de nuestro rentado, tales como:

·        Pásensela al argentino

·        Protejan al argentino

·        Cubran al argentino

·        Metan al argentino

·        Cásquenle al argentino.

De ahora en adelante, había que creernos el cuento de que no solo éramos la guarnición del plato, sino que también podíamos ser la proteína y el principio del almuerzo. Así nacen tácticas propias de Francisco Maturana y Hernán Darío Gómez, como entrenar con la camiseta del rival, para perderle el miedo, y crear un sistema propio que desconcentre a los rivales y los desestabilice un poco a la hora del juego.

Así nacieron las tácticas físicas, pero las mentales también eran fundamentales para que todo funcionara. Y lo mejor de todo, fue que funciono. Ya los rivales no eran gigantescos y temidos, sino solamente rivales.

En un victorioso camino al título de la libertadores, Pacho Maturana y su nómina denominada por la prensa como “Los Puros Criollos” vencen a Danubio de Uruguay 6 a 0, a Racing de avellaneda y a Olimpia del Paraguay. Es decir, vencimos a los tres monstruos que no nos dejaban dormir por las noches… Uruguayos, Argentinos y Paraguayos.

La tarea estaba hecha, y el país aprendió la lección. Atrás quedaron las épocas donde el América se enorgullecía de Bataglia, Millonarios de Pedernera y el Cali de Bilardo. Ahora el América se enorgullecía de Anthony de Ávila, de Alex Escobar y Freddy Rincón, Santafé del Tren Valencia, de Cañón y del “Pollo” Díaz,  el Cali de Bernardo Redin y Oscar Córdoba, el Medellín de la “Gallina” Calle y del “Panelo” Valencia, y Millonarios del “Guajiro” Iguaran.

A la vuelta de 5 años, no solo comprábamos menos jugadores, sino que Argentina nos compraba nuestras figuras consagradas. Pasamos de tener 2 o 3 jugadores en el extranjero, a no poderlos contar y perder la cuenta. Así se fueron Albeiro usurriaga, Oscar Córdoba, el “Patrón” Bermúdez, el “Chicho” Serna, John Jairo Trellez, Juan Pablo Ángel, Iván Ramiro Córdoba y una lista interminable hasta nuestros días.

Así es como orgullosamente, pasamos del anonimato, a referente mundial de futbol con estilo propio, y con figuras como el “Pibe” Valderrama, Rene Higuita, Faustino Asprilla, Victor Aristizabal, Freddy Rincón, Iván Rene Valenciano y el “Pipa” de Ávila.

Sin embargo, lo malo de estudiar historia, es que se puede llegar a ser tan bestia de dañar años y años de trabajo ajeno, y devolverse a la primaria, habiendo estado en último semestre de universidad.

La segunda enfermedad del país que es aquella horrible pandemia inmunda conocida como “Nosabemostrabajarenequipo”, hizo que medio país se pusiera en contra de los que nos habían curado de la dependencia de los argentinos, que en medicina se llama “Argedictos”.

Desconociendo más de 15 años de trabajo, la gente comenzó a querer dirigir la selección, y pasamos de tener un técnico y un asistente, a 40 millones de técnicos y 2 asistentes.

Curiosamente la gente decía que el Nacional de Maturana y Gómez era un equipo muy Antioqueño y muy paisa. Cosa que es muy chistosa ya que nadie se fijó que Francisco Maturana era Chocoano, Albeiro Usurriaga Caleño, Niver Arboleda de Puerto Tejada, el “Didi” Alex Valderrama, pariente del “Pibe” Valderrama era Samario y el “Chicho” Pérez de Manizales.

No obstante la gente continuó quejándose, sin advertir que estaban desbaratando lo que tanta briega nos había dado armar. Y armados de pretextos y apreciaciones rebuscadas, poco a poco se fueron  tirando la selección:

Jugadores de otros equipos:
La gente comenzó violentamente a pedir jugadores de otros equipos, para desintegrar la base del cuadro Paisa.

Se convocaron dos selecciones al estilo reinado de belleza (un representante de cada departamento), y empezamos a perder partidos como un berraco.

Que vuelvan los primeros:
Al ver que perdíamos, y que ya no era chévere perder después de haber visto como se sentía de rico ganar, media oposición de Maturana y Gómez decidió deponer las armas, mientras que la otra media seguía firme en perratearse la seleccioncita.

Que cambien al técnico:
Al haber agotado el recurso de convocar jugadores inexpertos, la masa envidiosa pidió la cabeza de Maturana y Gómez a lo Juan el Bautista. Y con miedo a mas líos, comenzamos una larga y tediosa búsqueda de un técnico que tenía que tener una característica en especial… ¡No ser ni Maturana ni Gómez! Obviamente los resultados fueron bastante regulares.

Jugadores muy Jóvenes:
La gente que había pedido jugadores nuevos, pronto lo olvido y empezó a criticar los convocados, porque eran muy jóvenes y no tenían experiencia. Exigía el pueblo que volvieran los iconos, pero con otro técnico.

Jugadores muy viejos:
Como no había engranaje entre los iconos, algunos jugadores nuevos, y un técnico diferente cada 2 meses, el pueblo, en una nueva camorra, dio nuevamente otro veredicto… ¡Los jugadores son muy viejos! Entonces nuevamente habían encontrado, según ellos, el mal que hacía que no ganáramos.

Que vuelva el técnico
Y como borracho dando serenata y con pollo asado en la mano, el país (bochinchero y camorrero), pedía que volviera el técnico que habían mandado sacar ochocientas veces, a ver si era más rico ganar que seguir peleando. Pero la gente que ya había visto que era rico ganar, no quería ni empatar siquiera un partido. Es más… ni siquiera perder un partido, así fuera de billar.

Que cambien la sede:
En medio de la intensiva búsqueda del chivo expiatorio, que tenía como objetivo esconder la tarea de no dejar nada verde en la selección, el pueblo (bochinchero y camorrero), decide pedir el cambio de ciudad para la sede de la selección. (Como si no tuviéramos ya bastantes problemas).

Ahí los paisas descansaron un poco, ya que el lio pasó a ser propiedad entre Barranquilleros y Bogotanos. En ese afán  de buscar soluciones chimbas, la selección jugo en la capital, en medio de dos aguaceros de mitad de año, de esos que espantan hasta a Noé. Luego jugo dos partidos en Medellín, y aunque todos comieron frijolitos con marranito, no se podía esconder que la ciudad no era lo que tocaba cambiar. Barranquilla llevaba muchos años luciéndose como anfitriona, y cada región del país tiene un área específica a la cual dedicarse.

Análisis Momentáneo:
Para este momento de caos y confusión, quedaban claras ya muchas cosas para analizar con cabeza fría:

1.     No nos gustan los jugadores viejos, queremos nuevos.
2.     No nos gustan los jugadores nuevos, queremos los viejos.
3.     A veces nos gustan los unos y a veces otros
4.     No nos gusta perder, queremos ganar
5.     No nos gusta la selección que gana
6.     No nos gusta el Técnico, que pongan otros
7.     No nos gustan los otros ¿Qué tal si traemos al que estaba?

Nos volvimos a enfermar:
El final de la historia, todos lo sabemos, pero nos hacemos los locos. Después de vivir uno de los mejores momentos de futbolistas Colombianos en el exterior, y teniendo prácticamente toda la nómina jugando en Europa, Norte América y Sur América, la gente pedía de todas formas otro técnico, y que fuera extranjero en lo posible.

Pues bien… al país llego nuevamente un argentino. De Entre Ríos llego Nestor Jose Pekerman a dirigir la selección que ya habían armado los últimos técnicos Colombianos.

¿Qué paso? La selección comenzó a ganar, la selección comenzó a jugar bonito, la selección volvió a ser apoyada por el país, la gente volvió a ponerse la camiseta para ir a trabajar.

Pero lo chistoso, es que la masa (Bochinchera y camorrera) con un exquisito cinismo empezó a proclamar a los cuatro vientos ¡ESTE TECNICO SI NOS VA A LLEVAR AL MUNDIAL! Es que este argentino es un duro, es que este si sabe dónde ponen las garzas, es que ahora si fue…

¡Habrase viste el cinismo!

La gente no se ha dado cuenta que este técnico, y la nómina de jugadores en el extranjero juegan bien, porque no han recibido ningún tipo de ataque de la masa (bochinchera y camorrera).

La gente no se ha fijado que los técnicos que tanto criticaron, han clasificado selecciones de otros países para este mundial. ¿Porque? Porque allá no los han jodido como los jodimos acá.

Sin embargo, creo que jamás sucederá, que la gente reconozca que esta selección anda, porque la dejan andar, y que las otras dejaron de andar, porque le pinchamos las llantas, le acabamos la gasolina y no la empujamos cuando se varó.

Ojala no repitamos esto en un futuro… no se… quizás algo como estos catastróficos ejemplos premonitorios:

*Que los llaneros se sintieran ofendidos por la costa y mandaran clausurar el mar.

*Que en la guajira se sintieran ofendidos por la lechona Tolimense, y mandaran secuestrar todos los marranos del Huila y Tolima.

*Que en Armenia y Pereira se sintieran envidiosos por los bananos de Urabá y comenzaran a dañar el café de Salento para volverlo zona bananera.

*Que en Santander se sintieran envidiosos por la Catedral de las Lajas en Nariño, y la arrancaran y la sembraran en el cañón del Chicamocha.

*Que un Boyacense cogiera un tractor y arrancara el hoyo soplador en San Andrés y Providencia, y lo sembrara en Sogamoso.

todas formas, nos está yendo bien, y eso es lo positivo. Vamos a llegar al mundial, vamos a comprar maíz pira y gaseosa, vamos a ver los partidos y vamos a llenar el álbum que salga.

Lo malo es que nos volvimos a enfermar,  y de nada servirá el trabajo de años y años de esfuerzo de Willington Ortiz, de Pedro Antonio Zape, de Anthony de Ávila, de Rene Higuita, de Pacho Maturana, de Oscar Córdoba, del “Palomo” Usurriaga, de Juan Pablo Ángel, del Chicho serna, Del Bolillo Gómez y su Cinco a Cero, del Patrón Bermúdez que ahora está en Espn Argentina, de Mondragon, y de todos los que habían cambiado la historia por muchos años, ya que si le preguntan a un niño de ahora, de esos que tienen la imagen de Messi pintada hasta en los calzoncillos, este les dirá:

-Si claro… estoy contento porque vamos a ir al mundial… gracias al técnico… porque
¡SI NOFUERA POR QUE ES ARGENTINO, NO HABRIAMOS PODIDO GANAR!

Y ahora ¿Quién nos curara?
 
 
¿Que decia el Diego en esta entrevista?
 

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