jueves, 3 de enero de 2013

La aburridora historia del HOMO SINOFICIUS


Hay dos tipos de Colombiano y ya lo he confirmado, analizando grandes personalidades del país de diferentes épocas. Políticos, deportistas, artistas, emboladores, apartamenteros, indigentes y todo tipo de personas, me dieron pistas claves para entender que no todos los Colombianos son cheveres y se sienten contentos de serlo, si no que hay una especie bastante rara de la cual ni Darwin ni Carl Sagan nos hablaron ni nos previnieron. Existe un maravilloso eslabón perdido, que según mis hipótesis (Hipotesis no tiene nada que ver ni con Hipo, ni con Hipoteca, ni con Hipotermia… no sea tan bestia), naciese de una extraña generación espontanea, careciendo de padre y madre, por lo tanto de historia y también de oficio.

Careciendo de historia, de familia y por lo tanto de amor a lo propio, este peculiar ser carece de sueños y de ilusiones (No necesariamente es flaco ni ojeroso). Al carecer de metas y sueños, esta simpática criatura, goza de mucho tiempo libre y de pocas actividades a realizar. Esta enfermedad se conoce en Colombia como “Desparche Cronico” y es la característica principal de este monigote.

Sin más preámbulos pues, les presentamos un estudio detallado de esta pandemia nacional, que no está en vías de extinción… muy por el contrario, esta criatura pone todo lo que se le cruce por delante en vía de extinción. Estamos hablando de un ente patógeno que ha sido llamado por nuestros expertos como “El HOMO SINOFICIUS”.

El HOMO SINOFICIUS
El homo sinoficius es aquel Colombiano que pudiendo tener actividades edificantes y de provecho para el resto de la sociedad, decide adoptar causas absolutamente innecesarias y absurdas debido a su problema de desparche crónico.

Teniendo recibos por pagar, una familia que alimentar, basura que recoger, arboles por sembrar y ropa por planchar, el Homo Sinoficius vera mas de provecho gestionar campañas y arengar masas con el propósito de guiarlos a causas tan inoficiosas como cambiarle los colores a los semáforos, pasar los postes de la luz de un barrio a otro, cambiarle el nombre a la ciudad, hacer que el canal 10 se vea en el 8 y el canal 8 en el 10, y que los barrios ya no se llamen barrios sino mas bien “Habitantopolis”.

Un Homo Sinoficius jamás arregla algo que no sirva, o propone soluciones a problemas latentes. Un Homo Sinoficius “arregla” algo que ya funciona, y termina tirándoselo.

El Homo Sinoficius nos quita tiempo valioso que podríamos emplearlo en aquellas cosas que siempre queremos hacer y no hemos podido, como leer aquel libro que tengo en la biblioteca, llamar a esa persona que le dije “En estos días la llamo”, limpiar ese mueble que no he limpiado desde hace dos mundiales, y muchas cosas más… pero no podemos…. Estamos maniatados, ya que cada semana un Homo Sinoficius, haciendo alarde de una brillantes que no posee, vuelve y nos pone un nuevo reto (Reto-nto), que hará que sigamos bobiando.

Acontecimientos de Homo Sinoficius:
Colombia es el único país que con el pasar de los años, en vez de crecer, se achica cada vez más. Colombia fue dueño de un vasto territorio suramericano y centro americano. Territorio que poco a poco fue perdiendo, muy seguramente porque teníamos una tarea absurda de vital importancia que resolver, como por ejemplo un proyecto de ley donde se buscaba escribir de ahora en adelante Bambuco con V pequeña y Cumbia con Q.

Colombia firmo un acuerdo de libre comercio con los estados unidos, el cual hizo que el tamal ya no se hiciera con arroz Tolimense y pollos campesinos, si no con arroz de Canadá y pollos gringos. Mientras tanto, en Bogotá, se cambiaba la nomenclatura de la ciudad haciendo todo más complejo que antes, y prolongando el despelote hasta nuestros días.

El único país que no tenía franquicia de la compañía STARBUCKS que vende café a nivel mundial, era Colombia, y era comprensible. El día que Starbucks le venda café a Colombia, Colombia le vende cebras y rinocerontes a África. Pues bien, Starbucks llego a Colombia y nos están vendiendo café al doble. Mientras tanto, aquí proponían cambiar el escudo de Colombia, porque en realidad mucha gente olvido la primaria y ya no saben que carajos es un Gorro Frigio.

En el año 2011 mientras la gente recibía noticias como la muerte de Osama Bin Laden y el cierre de la Nasa, en Bogotá muchos Homo Sinoficius decían:

-Démosle otra oportunidad al Polo… la tercera es la vencida…

En estos días, la corte penal de la haya, le quito a Colombia 532 kilómetros de agua territorial para dárselos a Nicaragua. Mientras tanto el congreso debatía un proyecto de ley que obligaría a los centros comerciales a poner un tercer baño para homosexuales.

Y ya para cerrar, la bella capital Bogotá, que era una ciudad normal, que había logrado desarrollarse hace más o menos 2 o 3 alcaldes, y que no era lo mejor del mundo, pero se podía uno desplazar de un lao
pa´otro sin mucho problema, sufrió unos "pequeñisimos" cambios que la regresaron a nivel caos:

-Hay un sistema de trasporte que nadie usa y que presenta fallas y grandes perdidas económicas
-Volvimos a presentar los problemas de recolección de basuras de los años 80
-El tráfico es terrible y no solo en horas pico
-Quieren poner un metro en una calle donde no cabe
-Creció el índice de desempleo
-El sistema de salud presenta varias fallas...

pero no se preocupen, la solución a todo lo anterior, fue prohibir las corridas de toros.

Este es el más reciente acontecimiento de un famoso Homo Sinoficius, que invitaba a la gente a dividir la basura reciclable, en épocas donde ni lo orgánico ni lo inorgánico se recoge.

Así pues, mis queridos amigos, traten ustedes de corregir a cualquier Homo Sinoficius que vean por ahí. Denle un curso de costura, de porcelanicrom, de tejido crochet y macramé, díganle que haga pilates, que aprenda a tocar Guitarra o Tiple, que aprenda cocina on line, que saque a pasear perros, que venda minutos a celular, pero por amor a Dios, ¡Mantenganlo ocupado!

Yo por mi parte estoy haciendo lo mismo, ya que hay muchísimos Homos Sinoficius aquí en mi Habitantopolis… eh, digo… Barrio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario